La familia representa un factor fundamental en la construcción del individuo, es aquí dónde los niños empiezan a moldearse como personas y comienzan a adquirir valores, hábitos, conductas y comportamientos que formarán parte de sus vidas.
Bajo este contexto, es sumamente necesario detectar y evitar ciertos errores comunes que frecuentemente cometemos los padres como:
- No poner límites
- Pretender ser amigos de nuestros hijos
- Sobreproteger
- No saber emplear castigos
- Falta de acuerdo entre padres
- Comparación entre otros
- Dar mal ejemplo a los hijos
No poner límites
Algunos de los padres desconocen los límites que deben poner a sus hijos. Es necesario saber claramente cuales son las cosas que no pueden tolerar para así no improvisar al momento que se presente un problema. De igual manera, establecer normas para nuestros hijos y tener un plan de actuación para cuando se den ese tipo de situaciones.
Pretender ser amigos de nuestros hijos
Con esto no queremos decir que los padres no pueden tener una excelente relación con sus hijos. Hablamos de que por inseguridad o miedo de ser rechazos por sus hijos, muchos padres pretenden adoptar un rol excesivamente democrático con los hijos para generar una serie de afectos de los hijos hacia ellos que acabará trayendo graves consecuencias a medio-largo plazo.
Sobreproteger

Frecuentemente escuchamos “es que ese niño está sobreprotegido” pero la pregunta es si sabemos intervenir para dejar de hacerlo. Lo básico aquí es caer como padres en la trampa de querer evitar a los hijos ciertos golpes emocionalmente difíciles de digerir para cualquier ser humano con la intención de que “no sufran”.
¿Qué suele ocurrir? Generamos personalidades débiles, incapaces de soportar la frustración y poco entrenados para resolver conflictos propios y ajenos de manera eficaz, emocionalmente débiles, con expectativas falsas de cómo funciona la vida cuando salgan del nido de sus padres.
No saber emplear castigos
Cuando hablamos de castigos no sólo hay que saber qué castigo vamos a poner si no, cuándo, cómo y por qué. Si esos castigos no se hacen con sentido, continuidad y coherencia lo que a priori era un castigo se convierte en una píldora de información para el niño en el que capta la idea de que mis padres no cumplen sus promesas, son imprevisibles y no tienen constancia.
Falta de acuerdo entre padres

Esto es totalmente grave, los problemas y discusiones entre padres los hacen ser un mal equipo para resolver la situación que tienen por delante. Lo más conveniente es llegar a un acuerdo y sobre todo que los hijos no presencien estas diferencias.
Comparación entre otros
Cuesta mucho reconocer que tiendas a comparar entre ellos y que incluso a veces hay una preferencia clara por alguno de tus hijos. Debemos respetar la individualidad de cada hijo sin crear expectativas de cambios en ellos por criterios individuales que nos gusten más o menos. Recordar que nuestros hijos no van a ser lo que nosotros queremos que sean, no son nuestro proyecto, son un ente individual con derecho y capacidad para crear un proyecto propio.
Dar mal ejemplo a los hijos
Ciertamente los padres no somos perfectos, pero es esencial para la educación de nuestros hijos hacernos estas simples preguntas ¿Le estoy pidiendo a mi hijo que haga cosas o deje de hacer cosas que yo hago?. Es necesario comprometernos a cambiar de manera drástica, por el bien de nuestra familia.
Esperamos que estos consejos te sean de gran ayuda para aplicarlos en la formación de tus hijos, tomando en cuenta que ciertamente los padres no somos perfectos; nos aceptemos con nuestras virtudes y defectos sin juzgarnos, pero es importante nunca ignorar la oportunidad que tenemos de formarnos, aprender, actualizarnos y ser la mejor versión de nosotros mismos.
Con información de Enfemenino