Nunca se vio a un Zidane tan reivindicativo y molesto como en la víspera del duelo en El Alcoraz.
«Estoy enfadado, dos semanas encerrado en una jaula y tenía ganas de salir y decir que voy a pelear hasta el final».
Así regresó Zidane, que pide respeto hacia su figura y a la de todos sus jugadores, sin dar por perdida LaLiga Santander y prometiendo al madridismo que se dejarán todo hasta el último día.
El primer partido para demostrarlo es frente al Huesca y no en las mejores circunstancias.
El tiempo de confinamiento por su positivo en coronavirus, estuvo acompañado de la crítica continua por la irregularidad de un Real Madrid que en enero se despidió de dos títulos y prácticamente dilapidó sus opciones en un tercero, una Liga en la que su desventaja con el Atlético se amplió a diez, que serán trece si los de Diego Simeone vencen un partido por jugar.
Porque las bajas siguen castigando con dureza al Real Madrid. Sin Dani Carvajal, el uruguayo Fede Valverde, Lucas Vázquez, el brasileño Rodrygo, la dolorosa ausencia de Eden Hazard y un paso atrás de última hora en el regreso de Sergio Ramos, Con el brasileño Eder Militao sancionado tras su expulsión ante el Levante, Los problemas se acumulan en la casa blanca.
El Huesca, que está con mucha moral y con ganas de sumar puntos tras el triunfo que logró en el campo del Real Valladolid en la última jornada, sueña con ganar también al Real Madrid porque los puntos son apremiantes y da igual la entidad del rival que tenga enfrente ante la necesidad que tiene.
El equipo oscense, que está a tres puntos de la zona de la salvación, ha ganado en solidez defensiva con el sistema defensivo de cinco jugadores impuesto desde la llegada de José Rojo «Pacheta» al banquillo y frente al equipo madrileño continuará con él para intentar dejar la portería a cero y, a la vez, intentar aprovechar sus ocasiones de gol.
Con información de Unión Radio