Yuleicy Contreras es manicurista venezolana, originaria de San Cristóbal, estado Táchira. Junto con su familia reside desde hace cinco años en Guayaquil, una de las ciudades de Ecuador predilectas por los migrantes venezolanos.
Junto con su esposo, sus padres y su hermano inició el proceso para renovar su pasaporte, ya que para vivir en Ecuador es necesario cumplir con un visado que para Yuleicy y su familia está cercano a vencerse.
El 15 de febrero, Yuleicy ingresó a la página del Servicio Administrativo de Identificación, Migración y Extranjería (Saime) para solicitar la cita de su pasaporte. Introdujo todos sus datos e hizo un pago de 216 dólares correspondiente al precio del documento de viaje. El turno de su cita le fue asignado para el día siguiente. Una vez en el consulado de Venezuela en Guayaquil para la toma de las huellas dactilares, pagó el arancel consular de 120 dólares en efectivo.
“Todo el proceso fue rápido, a la semana ya me salía el pasaporte en la página del Saime como “embalado”, pero nunca llegó”, expresó Contreras, en entrevista con El Pitazo, el martes 23 de abril.
Luego del cierre de los consulados, los únicos en todo el país, ubicados en Quito y Guayaquil, el 16 de abril Yuleicy y su familia quedaron en medio del desamparo. Los cinco están en espera de los pasaportes que ya pagaron, incluido el arancel consular.
Indicó que sin el pasaporte venezolano vigente ella y su familia quedarán en situación de irregularidad en Ecuador, ya que se les exige el documento de viaje vigente para renovar sus visados.
De lo contrario, tendrán que pagar una multa de 230 dólares y se quedarán sin opción de sacar un nuevo permiso para permanecer de forma regular en el país.
El Pitazo