Con menos incentivos cada día y los mismos reclamos por las reivindicaciones salariales, los educadores venezolanos celebran este 15 de enero un nuevo Día del Maestro. Como unos héroes los califica Carmen Teresa Márquez, directora de la Federación Venezolana de Maestros (FVM), pues en medio de la crisis que enfrenta este gremio y de los abusos por parte de las autoridades, los docentes continúan asistiendo a las aulas para impartir sus conocimientos a los niños y adolescentes del país, al tiempo que intentan inspirar a jóvenes a tomar el ya complicado camino de la docencia.
«¿Cuántos maestros ayudan al colegio o ayudan a un niño que no lleva la merienda para que coma? En Venezuela hay maestros excelentes, de formación, de calidad, de motivación, de vocación, de servicio y de valores», dice la representante del gremio, quien no deja de felicitar a los educadores por su invaluable labor, pese a que asegura que en este día no hay razones para celebrar.
«Realmente el maestro venezolano no tiene nada que celebrar, en los últimos años los maestros han sido muy golpeados por la inflación y por los bajos salarios que tenemos que realmente nos impide tener una vida digna», agrega.
En este Día del Maestro, Márquez reitera la petición de las organizaciones sindicales de reunirse con las autoridades del Gobierno nacional con el fin de continuar las discusiones de la convención colectiva, pues considera que los maestros deben ser una prioridad en las políticas gubernamentales, ya que la educación es la palanca del desarrollo de un país.
Escuelas dignas, con servicios públicos de calidad, incluida la conexión a internet, son parte de los requerimientos mínimos del gremio, los cuales van de la mano con remuneraciones acordes al nivel de preparación e importancia de este sector para el país.
El Pitazo