Con una hiperinflación que ronda el 2000%, el sector comercial en Paraguaná cierra este año con un balance negativo.
La suma de problemas que van desde las deficiencias de los servicios públicos, escasez de gasolina y la paralización eventual del comercio por la cuarentena radical al inicio de la pandemia, obligaron a las empresas a tomar medidas para poder mantenerse en pie.
Para el presidente de la Cámara de Comercio e Industrias de Paraguaná, Francisco Melián, los últimos ocho años han sido nefastos para el empresariado venezolano. «Este 2020 se registró el mayor índice de cierre de establecimientos comerciales que no aguantaron la cadena de efectos generada por malas decisiones en materia económica del Ejecutivo nacional».
El presidente de Cacoinpar explicó que se han establecido aspectos que han afectado al comercio, entre ellos; el encaje
legal a la banca lo que imposibilitó el acceso a créditos a la empresas que tenían dificultades, por la cuarentena, para responder al pago de sus deberes formales y de sus empleados, lo que conllevó al cierre de varias empresas.
«Este año se establecieron incrementos en una serie de impuestos que, definitivamente marcaron la crisis de la actividad económica en la península. Impuestos nacionales como el de las transacciones bancarias hacen mella en la poca ganancia que se puede obtener, pero el peor de todos es la reforma de la ordenanza municipal llevada adelante por la Alcaldía de Carirubana, donde se dolarizaron los procedimientos y las multas y los mínimos tributables, todo disfrazados con un aparente cobro en Petros».
Esta situación presenta un gran escollo para los emprendedores o nuevos comerciantes, pues los mínimos tributarios alcanzan montos impagables y obliga al cierre temprano de los negocios.
«Adicional a eso, aquellas empresas que no se vieron favorecidos por el decreto de flexibilización, y venían pagando 100 mil bolívares mensuales de impuestos y ahora pasan a pagar 10 millones de bolívares variables mensualmente, prefieren cerrar, porque no pueden mantenerse cuando no hay producción en el país».
Aseguró que en los últimos dos meses se ha registrado un promedio de 50 empresas cerradas por día, y el ramo más afectado es el de la construcción.
Francisco Melián ve con preocupación que no existan medidas que den un respiro al sector empresarial, el cual requiere de políticas que saquen adelante la economía nacional. «Las perspectivas para el año que viene no se vislumbran nada alentadoras, si no hay un cambio de políticas económicas a nivel nacional, regional y municipal».
Recientemente, el presidente de Fedecámaras ofreció un balance donde destacó que a nivel nacional el 60% de las empresas cerraron sus puertas.
Blanca Sánchez