Elio Arenas y su familia tienen cuatro días sin dormir, luego de que su vivienda quedó totalmente inundada por el paso del deslave que, el viernes en horas de la tarde, se registró en el monumento natural Cerro de Santa Ana.
La humilde vivienda que Elio comparte con su esposa y sus hijos está ubicada en el recorrido natural de una de las quebradas que baja del cerro. El viernes, con las fuertes lluvias, la quebrada reclamo su cauce y afectó a lo que estaba a su paso.
En su relato, Elio Arenas expresó que nunca imaginó que algo semejante sucedería. «Afortunadamente era de día y pudimos sacar a los hijos hacia otras viviendas más seguras, pero perdimos todas nuestras pertenencias. Nevera, cocina, colchones, televisores, ropa, etc. Sabemos que lo importante es que estamos sanos y salvos, pero esto nos golpeó en muchos sentidos. Ya no podemos dormir porque tememos que se desate otro deslave en horas nocturnas».
La familia Arenas es una de las 1070 que ,de alguna manera, están perjudicadas por la crecida de las quebradas Chamuriana, Santa Ana y Divacoa.
Las áreas anegadas por el barro y restos vegetales son saneadas con maquinaria dispuesta por la alcaldía de Carirubana y la gobernación de Falcón. Equipos de diferentes entes se han desplegado en la zona para atender la emergencia.
Sin embargo, los habitantes de Santa Ana señalaron que llevan años desasistidos, y que lamentablemente se tuvo que presentar este desastre para que acudieran a dicha parroquia.
Blanca Sánchez